Regulación de las emociones
La regulación de las emociones es la capacidad de ejercer control sobre el propio estado emocional. Puede implicar conductas como repensar una situación desafiante para reducir la ira o la ansiedad, ocultar signos visibles de tristeza o miedo, o centrarse en razones para sentirse feliz o tranquilo.
Si bien existen muchas formas de influir en el propio estado emocional para mejorarlo, la regulación de las emociones a menudo implica lo que los expertos llaman "regulación descendente" o reducción de la intensidad de las emociones.
Una persona en duelo puede regular a la baja su tristeza recordando algo divertido. Una persona ansiosa puede sobrellevarla distrayéndose del pensamiento que le está causando ansiedad.
La regulación de las emociones también puede incluir la "regulación de incremento" o intensificar las emociones, lo que puede ser útil cuando un peligro o desafío inminente exige una dosis saludable de ansiedad o emoción.
El modelo de proceso de regulación de las emociones propuesto por el psicólogo James Gross destaca que las personas pueden actuar para controlar sus emociones en diferentes momentos, incluso antes de sentir una emoción (“regulación de las emociones centrada en los antecedentes”) y después de que ya han comenzado a reaccionar emocionalmente (“regulación de las emociones centrada en la respuesta”).
¿Cuáles son algunas formas básicas de controlar las emociones?
Dos categorías amplias de regulación de las emociones son la reevaluación (cambiar la forma de pensar sobre algo que provocó una emoción para cambiar la respuesta) y la supresión, que se ha vinculado con resultados más negativos.
Otras estrategias incluyen seleccionar o cambiar una situación para influir en la propia experiencia emocional, cambiar a qué se presta atención e intentar aceptar las emociones.
¿Cómo puedo aprender a controlar los arrebatos emocionales?
Practicar hábitos como la aceptación consciente de las emociones, desviar la atención de la fuente de las emociones negativas o replantear las situaciones emocionales (como pensar en un revés o un error como una oportunidad para aprender) puede ser útil, y un terapeuta capacitado podría ser un socio valioso para mejorar el control emocional.
¿Hasta qué punto podemos controlar realmente nuestras emociones?
Si bien las emociones nunca pueden estar completamente sujetas al control consciente, probablemente dependa de qué aspecto de la experiencia emocional intentamos controlar: podemos experimentar rápidamente un sentimiento negativo inicial intenso, pero optar por reevaluar la causa del sentimiento o aceptarlo y dejarlo pasar, evitando más angustia y comportamiento negativo.
¿Cómo puedo ayudar a mis hijos a aprender a controlar sus emociones?
Los padres pueden dar el ejemplo de estrategias eficaces para afrontar las emociones y evitar “actuar” ellos mismos.
También pueden ser un “entrenador emocional”, hablando con los niños sobre sus emociones y enseñándoles cómo etiquetar sus sentimientos, responder a ellos y expresarlos adecuadamente.
¿Qué es la alexitimia?
Del griego “sin palabras para los sentimientos”, la alexitimia es un término que se refiere a la dificultad para procesar cognitivamente las propias emociones, lo que incluye prestarles atención y describirlas.
Se ha estudiado como un rasgo que difiere entre las personas. Los investigadores han informado que la alexitimia está asociada con la angustia y la dificultad para regular las emociones.
Por qué es importante la regulación emocional
A diferencia de los niños pequeños, se espera que los adultos puedan controlar sus emociones (especialmente la ansiedad y la ira) de una manera socialmente aceptable. Cuando el control emocional falla, las personas suelen decir o hacer cosas de las que luego se arrepienten y desearían haber podido controlar sus emociones.
La desregulación emocional es un componente de ciertas formas de problemas de salud mental. Con el tiempo, puede tener un impacto negativo en el bienestar personal y las relaciones sociales de una persona.
¿Cuáles son las emociones más difíciles de controlar?
La ira, el resentimiento y la decepción son estados que se experimentan universalmente; las personas pueden trabajar para controlar y mitigar estos sentimientos, pero no deben patologizarlos innecesariamente.
En algunos casos, sin embargo, la falta de una regulación emocional adecuada puede ser un signo de una afección de salud mental, como el trastorno límite de la personalidad o la depresión.
¿Cuáles son algunas de las consecuencias de una mala regulación emocional?
Existen peligros obvios de no moderar adecuadamente las emociones como la ira, la ansiedad o el miedo: daño a las relaciones por una reacción exagerada, sufrimiento innecesario, oportunidades perdidas que parecían demasiado abrumadoras. Ciertas formas de regular la regulación de las emociones, como reprimirlas con regularidad, también pueden estar asociadas con un menor bienestar y satisfacción con las relaciones.
¿Qué hace que sea más difícil controlar las emociones?
Existen diversos factores que pueden impedir la regulación de las emociones, como las creencias sobre las emociones negativas (que son malas o que no podemos controlarlas), la falta de habilidades para regular las emociones o las situaciones que evocan emociones especialmente intensas (por eso la selección de situaciones se considera una estrategia de regulación de las emociones).
Las condiciones inciertas o amenazantes pueden hacer que la "inundación" emocional y el control disminuyan sean más probables.
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